¡Ay!, ¡recordar nuestra primera cita siempre me hace sonreír! Después de haber construido una amistad tan linda, Chris y yo decidimos tener nuestra primera cita en un lugar realmente mágico: el Templo Expiatorio de León, en Guanajuato. Caminamos juntos por las calles cercanas, disfrutando de una atmósfera encantadora. Hablamos de todo, desde nuestros gustos hasta nuestros sueños más profundos. Y en medio de esas conversaciones, Chris me hizo sonreír al preguntarme sobre algunas patoaventuras con Puffy, mi querido compañero perruno. No pude evitar emocionarme al platicarle sobre cómo este pequeño de cuatro patitas llegó a mi vida y cuán importante es para mí tenerlo conmigo. Nunca imaginé que ambos se llevarían tan bien.

Finalmente, después de 4 años de aventuras juntos y enfrentar algunas pruebas difíciles de la vida, algo maravilloso sucedió en un día que parecía sacado de un cuento. ¡Ah, y por cierto, estaba lloviendo! Sí, esa lluvia suave y reconfortante que parece traer consigo un toque mágico. Chris se arrodilló ante mí. y con un tono emocionado, me propuso matrimonio. Y, ¿saben qué? Mi respuesta fue un rotundo "¡SÍ!". No pude contener mi emoción y sorpresa. La lluvia parecía celebrar con nosotros, como si fuera parte de este momento tan especial. Es curioso pensar en cómo el amor me encontró lejos de mi lugar de origen, en un camino que nunca habría imaginado. Y ahora, compartiremos el comienzo de nuestro matrimonio rodeados de nuestros seres queridos en este bello lugar de Guanajuato que fue testigo del inicio de nuestra historia.